Elaborado por: Dra. Lindsay Ryan Valerio, Abogada especialista en Derecho Ambiental

Economía circular es sinónimo de modelos de negocios inclusivos, resilientes y adaptables a la realidad cambiante en la que vivimos actualmente.
Es convertir un sistema abierto y lineal de gestión de recursos, bienes y servicios a un sistema cerrado y circular. En el primer sistema todos los productos acaban convirtiéndose en residuos ya que están enfocados en consumo de corto plazo, y para que eso suceda, se requieren recursos naturales que cada vez son más limitados. Mientras que el sistema cerrado y circular pretende conseguir que los productos, sus componentes y los recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo momento.
De esta manera, el enfoque de la economía circular implica la transformación del business as usual como del modelo “tomar, utilizar y desechar”, hacia un modelo en el cual los residuos son vistos como materia prima, maximizando así la eficiencia en los recursos naturales.
Este tipo de economía ofrece grandes oportunidades para un mayor crecimiento económico, creación de empleo, innovación y sobretodo la reducción de los impactos ambientales y sociales.
Así se puede afirmar que, es la respuesta más razonable y lógica a una situación de crisis multidimensional que cuestiona los principios del crecimiento económico basado en el uso intensivo de materia y energía, y que hace frente a la grave situación de pérdida de biodiversidad, la generación desmedida de residuos, agotamiento de los recursos naturales y elevada contaminación del aire, el suelo y los océanos, sin olvidar una de sus causas más dañinas: el incremento de la emisión de gases de efecto invernadero y la aceleración de los efectos del cambio climático.